Tenido una meta próxima a cumplir y con las herramientas adecuadas, estaba en mi camino correcto. En parte fue increíble que lo que iba planeando iba saliendo tal cual. Se aprovechó mucho de lo hecho en el proyecto anterior, adaptado a este. Y como era un producto mínimo viable no iba tener que terminarlo todo para mostrar resultados. Ahora tenía mil ideas en la cabeza que nacían con Kentana Core y sus posibilidades. No hay que olvidar anotarlo todo y para los programadores el pensamiento en dos sentidos. Esto era todo lo que necesitaba y estuvo listo en la versión 1.0 el 10 de enero del 2017.
La presentación en 1001 y el interés de algunos prospectos
Me pareció adecuado dar importancia al día de la presentación, destacando que solo llevaba unos 4 meses desarrollándolo. Todo un logro porque normalmente en el pasado podría haber pasado unos 2 años y con los mismos resultados. Ahora estaba la posibilidad de desarrollar a media, básicamente estaba presentando un Framework propio. Al ser muy técnico me encontré con un problema, los desarrolladores avanzados querían mucho más de lo que había. Esto por ser un PMV, solo tenía parte de la estructura y lo dejaron apenas visto. Por otro lado, estaban algunas empresas interesadas y unos emprendimientos que lo veían con potencial. Lo bueno fue que me acordé cuando iba a montar los cursos de Excel y que ninguna de las personas conocidas se suscribió.
La falta de segmentación y claridad en el cliente ideal
Como decía, el Core por ser un concepto tan amplio a veces es difícil de explicar. Es un framework para los desarrolladores, pero es el software base del negocio de un emprendedor. Al final descarté de momento a los desarrolladores y me fui de venta de software a empresas. Aun así, el universo es muy amplio, pero como aún era un PMV podría esperar un poco. Era el momento de implementar las mejoras prometidas, pero eso significó que se perdieran algunos clientes. El producto no estaba listo para ser vendido, y esto es un problema financiero. Lo bueno es que se demostró un interés en él y mal que bien resulta motivante. En medio de la segunda implementación se presentó el primer cliente, ese que pagó por un sueño. Con esto salieron a flote muchas cosas que no tuve en cuenta. Soporte post desarrollo, contratos, cláusulas y trabajo extra.
Tengo un producto muy bueno, pero no sé cómo explicártelo…
El Core es un software base, pero eso no era lo que me entendían cuando estaba tratando de vender. Adicionalmente explicar la parte de herramientas y expansiones fue más difícil porque aún no estaba implementado. Con todo esto decidí para la tercera actualización y empezar inmediatamente la segunda versión del Core. Esto además significó entregar algunos proyectos, pero dejar de lado nuevos clientes apostando todo a esta nueva versión. Creo que la forma más sencilla de hacerme entender era que era un sistema operativo libre, y que lo que vendía eran programas que funcionaban en él. Pues entonces tal vez era el momento de empezar a crear ese concepto.
Esto significaba que tendría que replantear el Core y llegar a lo más profundo de sus objetos. Ahora se cumplen dos años desde que decidí emprender y todas las enseñanzas las agradezco mucho. Por más duro que ha sido trabajar en las noches, sé que el año 2018 será el año de consagración. Al final si aplica lo mismo de los tres años de un empleo nuevo. El primer año es para aprender, el segundo para adaptarse y el tercero para proponer, crecer y ser productivo.
Photo by Don Ignacio