La palabra despliegue es una palabra técnica en software para referirse a la instalación final de un producto para el cliente. Es un momento mágico donde le decimos al cliente que es hora de usar el nuevo software. A veces suelen suceder algunos inconvenientes que con el paso de los proyectos irán desapareciendo. Lo importante es estar preparados para este paso, hacer las pruebas correspondientes y disponer de un día completo para un solo proyecto.
El proyecto Kentana trabaja con aplicativos web, es decir que puede ser instalado en un hosting con lo que esa responsabilidad significa. Hacer el acompañamiento del cliente al escoger el dominio, subir archivos e instalar. Además de sugerir posibles proveedores que concuerden con los requisitos mínimos del software desarrollado.
Más allá del fin: conservar el cliente luego de la entrega
Hay distintas maneras de fidelizar un cliente, en mi caso ofrezco garantía de tal forma que demuestre mi utilidad en tareas de soporte y mantenimiento de la herramienta. Además de sugerir ideas para siguientes fases aunque al cliente no se le haya ocurrido en un principio.
La garantía de un producto (sea de software o no) es un tema delicado porque si no se define antes de la entrega, o incluso antes estaría sujeto a cambios. Este es un problema mayor, ya que no es solo indicar cuales son los tiempos de garantía, sino que se debe detallar que tareas corresponden a garantía y cuáles no.
En el caso de los aplicativos a medida del Core Kentana el servicio post venta consiste en la prestación de soporte a las aplicaciones. No es un servicio gratuito, pero por el diseño del Core es algo necesario, donde la atención especializada es bien apreciada. Hay que realizar seguimiento del uso y salud del sistema adquirido por el cliente. Evitar y corregir la mayor cantidad de fallos que se puedan presentar, con la finalidad que el cliente este contento con nuestro trabajo. Muchos desarrolladores entregan el trabajo por lo que se les ha pagado para luego perderse para siempre. La estrategia ganadora es seguir cultivando el cliente ya que seremos su opción número uno para nuevos requerimientos. No por nada se dice que es menos costoso conservar un cliente que conseguir uno nuevo.