Uno podría pensar que emprender significa tener una idea, ejecutarla, ofrecer un producto y recibir el dinero. Pero en realidad puede ser un poco más complejo y cuando es desarrollo de software aún un poco más. Esto es debido a que el valor de un software a medida no es dinero de bolsillo. Acá es donde debemos tener cuenta los conceptos de contratos, compromisos y cronogramas.
Contratos: Dejar todo por escrito
Este concepto en particular no es algo que deba ser siempre redactado por un abogado, aunque una asesoría seria excelente. Sin embargo como hablamos de emprendimiento es posible que no conozcamos uno y para comenzar necesitamos una solución diferente. Tampoco debemos ser descuidados y comprometernos en algo sin que esté por escrito y firmado en alguna parte. Un contrato debe tener los conceptos detallados a que nos estamos comprometiendo y todas las posibles condiciones que se puedan presentar. Yo suelo incluirlo en la propuesta de trabajo, con la estimación en tiempo y costos.
Compromisos: Tener cuidado que es lo que vamos a hacer y cómo
Al emprender y querer captar un cliente provoca que queramos hacer mucho por poco o nada de dinero. Esta es una terrible decisión porque si ofrecemos calidad y el cliente es nuestro por mucho tiempo él nunca va a pagar de más por lo que le ofrecimos gratis desde un principio. Es necesario tener claro en que no estamos comprometiendo en el contrato a entregar. En el mundo del software hablamos de fuentes, instalación, documentación y garantía. Es importante también tener claro cómo se va a realizar cada una de estos ítems mencionados. 1 año de garantía o 2 meses no son exactamente lo mismo, pensaría que es bueno tener un estándar dependiendo el tamaño de cada proyecto.
Cronogramas: Rangos de tiempo para cada actividad
En el desarrollo de software suele ser muy importante, pero pienso que puede ser aplicable en cualquier emprendimiento. Mostrarle al cliente que se va a hacer y cuando es un índice de calidad. Es cierto que a veces es posible que los cronogramas se modifiquen, por eso siempre presento un cronograma estimado y uno final. Junto con esto se debe mencionar cuál fue la razón de que se modificara la estimación inicial. Cuando el cliente es una entidad del estado es muy posible que los cronogramas sean inmodificables, obligando a contratar más gente para cumplir a tiempo. Pero por lo general es posible realizar pequeñas modificaciones justificadas, pero lo ideal es mejorar nuestra estimación inicial. Los cronogramas nos ayudan además a gestionar por proyectos cuando podemos empezar con el siguiente o a calcular si trabajamos en múltiples proyectos en nuestro equipo.